Estamos leyendo.... Romeo y Julieta (William Shakespeare)

En Calatayud, Ejea, Illueca y Tarazona


domingo, 29 de mayo de 2011

Instinto de Felicidad...

¿De qué pasta estás hecho para aceptar perder una ciudad tras otra, una patria tras otra, una mujer tras otra sin luchar nunca, sin sentirlo nunca, sin mirar nunca atrás?

-Entre la Andalucía que dejé y el paraíso que me está esperando, la vida es sólo una travesía. No voy a ninguna parte, no codicio nada, no me ato a nada, me fío de mi pasión por la vida, de mi instinto de la felicidad, y también de la Providencia. ¿No fue eso lo que nos unió?”

¿Es realmente cada vida una travesía, un periplo, un viaje? Muchos han sido los que así lo han interpretado. ¿Tenemos instinto de felicidad? ¿Es por ello por lo que tomamos las decisiones que nos hacen ser quienes somos?

Hasan ha dejado a toda su familia en Fez. Cuando muchos son los que parten de El Cairo, asolada por una peste, que no entiende de religiones, él se sumerge en un país marcado, todavía hoy, por su antiguo esplendor. “Gran mérito tiene Egipto de ser musulman cuando el Nilo y la peste se ajustan aún al calendario de los faraones”.

El amor de nuevo le hará partir, protegiendo al hijo de Aladino, ahora hijo suyo, posible aspirante al trono de Constantinopla. Regresará a Fez, buscará a Harún y su hermana, acabando por Barbarroja en la mismísima corte de Selím I, el cruel, aquel del que debían huir. De poco le servirá contar lo que ha oído, no evitará que el Egipto mameluco, con Tumanbay al frente, caiga frente al poderoso Imperio Otomano.

Los principales personajes y hechos del Mediterráneo en el S. XVI pasan ante los ojos de nuestro viajero, aquel que ya en aquellos tiempos pensaba que la vida es una travesía y que debemos de intentar que sea feliz.

Es en la ciudad eterna, maldita, ociosa, santa, en Roma, donde a Hasan , hijo de Mohamed el alamín, el Granadino, el Fesí, el Zayyati lo bautiza un papa, León X ,como si de su hijo se tratara, Juan León de Médicis, el Africano.

En ella vive su sabiduría, allí quedan sus escritos, en ella nace su hijo, en ella ve las grandes expresiones del renacimiento, el arte, la cultura.... en ella ve excesos, intrigas y una decadencia que le recuerda experiencias ya vividas.

Entre Constantinopla y Roma, entre Constantinopla y París la fe divide y el interés noble o villano une. No me hables de paz ni de Libro, pues no se trata de eso y no es en eso en lo que piensan nuestros señores” (…) tan hondos estaban en mi mente los últimos días de Granada. (…) ¿No es acaso el más noble de los ideales, hacer que todos los hombres puedan comprenderse algún día?”

Un período clave de la historia de Europa nos ha sido narrado de la mano de un apátrida, de un hombre que elige la vida antes que la búsqueda de la verdad, que se deja llevar por el destino, el altísimo o cualquiera que sea esa verdad que él desconoce pero añora sea contada, sea para todos. Allí están multitud de personajes importantes y de acontecimientos clave, allí esta la historia de un hombre, de su sensibilidad y su pensamiento, de un hombre que parece perteneciente a todas las épocas, a todos los tiempos o quizás un hombre de ése Renacimiento que le tocó vivir.


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