Estamos leyendo.... Romeo y Julieta (William Shakespeare)

En Calatayud, Ejea, Illueca y Tarazona


domingo, 23 de octubre de 2011

Amor fatal...


Shakespeare, dicen algun@s, es uno de los autores más leídos en todo el mundo. Romeo y Julieta es una de las obras más adaptadas, representadas e inspiradoras a lo largo de la historia de la literatura. Con todo ello hemos entrado en sus páginas.

La tragedia se desencadena, Teobaldo y Mercucio mueren pese a los fallidos y fatales intentos de Romeo por disuadirlos. El príncipe dictará su exilio, su muerte en vida. “¡Di que me han condenado a muerte, porque, en realidad, el destierro es más aterrador,mucho más, que la muerte!Julieta en dos días debe casarse con Paris, pero ni lo ama, ni puede... Fray Lorenzo tratará de buscar la solución proporcionando la huida a través de la aparente muerte de Julieta. Será fatal, a Romeo sólo le llegará la mentira, Julieta ha muerto. El mismo fin tomará para sí Romeo, comprará un veneno faltal a un hambriento boticario de Mantua, al que paga su pobreza y no su voluntad. Al despertar la dama de su tenebroso viaje sólo encontrará dolor y a Paris y Romeo fallecidos. Paris a manos de Romeo pese a acudir sólo armado contra sí. Julieta tomará la daga y acabará con su vida.

Un amor inocente, puro, ciego ante nombres y pasados, que acaba en el delirio y en la muerte, en unas manos estrechadas en señal de paz y en la reflexión de haber sido -“víctimas de nuestra enemistad”-. Una sociedad rígida, cerrada, obtusa, machista y clasista. Unos personajes fascinantes, definidos magistralmente por sus palabras. Palabras.... eso es Romeo y Julieta, entendidas de formas absolutamente diversas. ¿Es un amor adolescente, inmaduro, un amor al que le falta cordura? ¿O es un amor sólido, puro, sellado ante Dios y no ante los hombres, aquéllos a los que Julieta mostrará sumisión ejerciendo la rebeldía . Aquellos a los que su propia rigidez y sus propios excesos les impedirán ver... saber?

Una ciudad cegada por la violencia entre pares que no permite lo onírico, lo extraño, lo incontrolable, en la que las formas, los protocolos, encubren afectos, o tapan razonamientos. Una Verona imagen de muchas otras ciudades en las que lo que se siente ante el otro es ocultado por lo que se sabe del otro o por quien es el otro.