Estamos leyendo.... Romeo y Julieta (William Shakespeare)

En Calatayud, Ejea, Illueca y Tarazona


viernes, 19 de marzo de 2010

De y para to@s vosotr@s...


Si, si, desde luego este blog es para tod@s aquell@s que se acercan al mundo de la palabra escrita, a los sentimientos que nos provoca, a los impulsos y pensamientos que propicia, a la magia de la evasión que propicia la lectura. Para tod@s vosotr@s.
Además, este blog es vuestro. Vuestra participación, vuestros comentarios y sugerencias lo han llenado de ilusiones y más palabras que han permitido que crezca.
Gracias a tod@s por ello, especialmente a Calatayud y Tarazona dada la participación, por hacer cada vez más para todos aquellos que se sumergen en nuestras líneas, por participar en algo abierto al mundo, por enriquecer nuestro espacio.

lunes, 1 de marzo de 2010

Tres rosas amarillas...



El Elefante, Caballos en la Niebla y Tres Rosas Amarillas culminan el recopilatorio que, hace un mes y poco, como por casualidad, cayó en nuestras manos.

Tres historias, cada una de ellas centrada en un punto fundamental de la vida de todo ser.

En el primero la sorpresa de uno cuando atisba lo que los demás piensan y esperan de él, la dualidad entre lo que estaría bien y lo que se hace cuando los sentimientos filiales están por medio.

En el segundo el amor en toda su plenitud, allí también el desamor. El sentimiento de orfandad que su pérdida conlleva, la ausencia de historia de uno sólo cuando se han sido dos.
“Como los caballos y la niebla. O podría decirse que mi historia me ha dejado. O que he de seguir viviendo sin historia. (…)
Y de que estoy diciendo adiós a la historia. Adiós, amada mía”

El tercero la ilusión de cómo afrontó sus últimos días un Chejóv con una tuberculosis terminal. Un brindis a una muerte anunciada a todos menos a él mismo. Un hombre que a diferencia de su amigo Tolstoi no creía en nada no apercibido por al menos un sentido y no se había planteado una vida futura o la reencarnación. Un hombre que escribía pequeñito o teatro, carente de una visión filosófico-religiosa del mundo y por ello centrado en el personaje. Quién le diría que él sería personaje en las manos de Raymond Carver. Aquél al que anunciará un botones con tres rosas amarillas en la mejor funeraria de Bademweiler un caluroso Julio.