Nunca antes en nuestro Club nos habíamos enfrentado a lecturas tan pequeñas y a la vez tan grandes. Resulta difícil compendiar tantas imágenes distintas, fotografías de una sociedad desde luego no perfecta. En estos cuatro relatos, Cajas, Quienquiera que hubiera dormido en esta cama, Intimidad y Menudo, no hay héroes ni heroínas sino gente plana. Son pequeñas instantáneas de vida, podemos tenerlas a nuestro alcance mirando por la ventana o paseando por nuestras calles. Quizás sí tiene una particularidad “a la americana”; es difícil en nuestro país hablar de una madre viajera o de limpiar las hojas del jardín de una amante…
Con un lenguaje escueto, preciso y mínimo Carver nos muestra una realidad ni bonita ni fea, la más pura realidad. Actos domésticos cotidianos, desvelarse por una llamada desesperada e inoportuna, reencontrarse con tu ex-mujer y por fin hablar de aquello, bien pueden formar parte sino de nuestra existencia sí del personaje anónimo con el que nos cruzamos por la calle.
Cuentos o relatos, es esa la gran duda, el primero dicen tiene nudo y desenlace, el segundo es acabado por nosotros. Sin una línea argumental precisa, y por supuesto admitiendo la no-ficción al más puro estilo de Truman Capote.
En definitiva realidades rutinarias no por ello exentas de una gran belleza.
