Estamos leyendo.... Romeo y Julieta (William Shakespeare)

En Calatayud, Ejea, Illueca y Tarazona


martes, 2 de noviembre de 2010

“Cuando un anciano muere una biblioteca arde” Bâ (p.165)


Hemos leído una historia de dos capas. Una, la más superficial, tierna y conmovedora. Germaine conoce a una anciana, Margueritte, en un parque. Ella lo introduce en el mundo de las letras, de la palabra. Se respetan y aprecian, acaban adoptándose.
Mediante lecturas en un banco Germaine se descubre, crece. “Yo no era más que un campo de barbecho y ¡alehop! Con ella sentí como me crecían flores, frutos, hojas y ramas”.Con ella Germaine comienza a descubrir qué y quien es él. No sin miedo reflexiona sobre su existencia, su felicidad, su suerte o fatalidad, sus sentimientos,en definitiva, sobre su propio ser. Fija el objetivo en algo esencial para todo ser humano, la cultura. Sí, todos tenemos y pertenecemos a una cultura, todos tenemos un entorno, todos somos parte de nuestros antecesores y convivimos en sociedad pero no todos tenemos los mismos progenitores, ni tenemos la misma educación, ni tenemos las mismas posibilidades.
Cultura tiene otro sentido, a veces mal entendido, aquél que califica a una persona de culta, que habla de cultivarse como si de un campo en barbecho se tratara.

La segunda capa nos adentra en el mundo de la filosofía y la literatura. La felicidad, el ser, el amor, la misma cultura, son grandes conceptos que han recorrido el pensamiento humano desde sus orígenes. Qué decir de Albert Camus, Romain Gary, Luis Sepúlveda, Jules Supervielle, Bâ. La importancia de la educación, la limitación de la propia palabra, la belleza de ésta. Las conclusiones y franqueza de Germaine nos han adentrado en las profundidades del pensamiento.

Con cierto sarcasmo y ligereza Marie-Sabine Roger también apunta algo básico y fundamental. La sabiduría de la experiencia, la de la propia vida vivida.