El paraje elegido por Llamazares para tratar ese fenómeno tan doloroso y tan conocido en nuestra tierra llamado despoblación se llama Ainielle. Un núcleo de escasas casas en la Galliguera Alta.
La poética de Llamazares no trata de números ni de economía. Aunque es cierto que mientras la población se doblaba en el país, en estos núcleos ya llevaban casi un siglo de retroceso.
Las nuevas formas de vida, la ciudad, el acceso a los servicios, las comunicaciones y la industria dejaban atrás de una forma irreversible a esas aldeas de corte medieval, con difíciles accesos, sin servicios y dedicadas al ganado y los huertos. Pueblos, que en invierno sepultados en la nieve, sufrían impotentes los efectos de un progreso que sólo más tarde contaría con ellos.
A través de los pensamientos, la memoria incluso los delirios del último habitante de Ainielle, empezamos a sentir, a intuir todo el drama y la sumisión que supone saberse el último representante de algo que no pervive y que muere con uno mismo.
1 comentario:
micomentario sobre la lectura amarilla es que la novela nos relata en primera persona aquellos episodios, que en algunos pueblos hemos conocido las personas que de alguna manera, conocimos aquellos pueblos que debido a la despoblación que sufrieron por la falta de medios de comunicaciónlas malas condiciones de la vida enla que se tenian que desenvolber, motivaron a sus habitantes a emigrar abandonando a suspadres y hermanos en vusca de condiciones mejores de sussistencia dejando abandonados los sueños de sus antepasados en busca de mejores espectativas y en la soledad a los pocos havitantes que se resistian a abandonarlos por sus raices ancestrales,y costumbres antiguas,a los pocos por no dedir unico habitante desplazandolos a la depresión e incluso a la locura,e incluido asta el suicidio.
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