Estamos leyendo.... Romeo y Julieta (William Shakespeare)

En Calatayud, Ejea, Illueca y Tarazona


viernes, 8 de octubre de 2010

Las palabras nos hacen...


“Oyendo los gritos de alegría que subían de la ciudad, Rieux tenía presente que esta alegría está siempre amenazada. Pues él sabía que esta muchedumbre dichosa ignoraba lo que se puede leer en los libros, que el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás, que puede permanecer durante decenios dormido en los muebles, en la ropa(...)” Albert Camus, La Peste.

Germaine Chauzes conoce a Margueritte, una señora de casi 86 años, en un banco del parque. Comparten una afición, contar palomas. Germaine hasta entonces no se había planteado qué es querer a alguien, qué es sentir obligaciones y qué es sentirse respetado.

“Yo me he hecho a mí mismo solo, aunque no me haya construido según las normas, me sostengo”. Es por ello que quiere adoptar como abuela a esa frágil anciana que le introduce en el mundo de las palabras, en esas “cajas” necesarias para ordenar nuestros pensamientos, en el sentido de la existencia de uno.

Esa existencia que es el punto de partida, aquel donde los sentimientos, como la lectura, son adquiridos. A él no le enseñaron ni a buscar el sentido de las frases, a leer, ni a querer. Reflexiona sobre su propia existencia, sobre su educación. Las referencias no son desde luego buenas, un maestro cebador que no cultivador y una madre sin instinto maternal.

Para Germaine, vivir no tiene nada que ver con entender la vida, esto se hace aprendiendo a saber aunque al principio parezca complicado, luego interesante y después aterrador, como un miope al que le ponen gafas y entonces puede ver la suciedad, las fisuras, la roña.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito. Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Tierno