Estamos leyendo.... Romeo y Julieta (William Shakespeare)

En Calatayud, Ejea, Illueca y Tarazona


lunes, 1 de marzo de 2010

Tres rosas amarillas...



El Elefante, Caballos en la Niebla y Tres Rosas Amarillas culminan el recopilatorio que, hace un mes y poco, como por casualidad, cayó en nuestras manos.

Tres historias, cada una de ellas centrada en un punto fundamental de la vida de todo ser.

En el primero la sorpresa de uno cuando atisba lo que los demás piensan y esperan de él, la dualidad entre lo que estaría bien y lo que se hace cuando los sentimientos filiales están por medio.

En el segundo el amor en toda su plenitud, allí también el desamor. El sentimiento de orfandad que su pérdida conlleva, la ausencia de historia de uno sólo cuando se han sido dos.
“Como los caballos y la niebla. O podría decirse que mi historia me ha dejado. O que he de seguir viviendo sin historia. (…)
Y de que estoy diciendo adiós a la historia. Adiós, amada mía”

El tercero la ilusión de cómo afrontó sus últimos días un Chejóv con una tuberculosis terminal. Un brindis a una muerte anunciada a todos menos a él mismo. Un hombre que a diferencia de su amigo Tolstoi no creía en nada no apercibido por al menos un sentido y no se había planteado una vida futura o la reencarnación. Un hombre que escribía pequeñito o teatro, carente de una visión filosófico-religiosa del mundo y por ello centrado en el personaje. Quién le diría que él sería personaje en las manos de Raymond Carver. Aquél al que anunciará un botones con tres rosas amarillas en la mejor funeraria de Bademweiler un caluroso Julio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde Tarazona
a ver como nos va esta tarde pues el último corto parece un poco más
triste y ami me ha dejado un poco desconcentrada a ver si Arancha

nos lo hace verlo de ota manera
Saludos.

TJ.Tarazona. dijo...

Desde luego que Arancha nos explicó muy bien todo sobre los lo que posó en Rusia y entendimos mucho mejor el relato de las tres rosas amarillas
Gracias Arancha.

TJ.Tarazona.

Anónimo dijo...

Arancha no he podidodo leer el libro de las tres rosas amarillas.No he podido vajar ha las charlas pues he hestado emferma.Haber si para la prosima puedo
un saludo

Mario Francisco Cabrera dijo...

Para mí este relato es el más interesante de la sesión.
Leemos:
“Chejov no entiende las disertaciones de Tolstoi sobre sus teorías de la inmortalidad del alma.
Su amigo Tolstoi se asombra de que no pudiera entenderlas”.
Chejov no creía ni había creído en una vida futura. El no citar con detalle algunas de estas discrepancias, Carver lo deja a la consideración de cada lector, no habrá que esforzarse mucho en averiguarlas.

Carver relata con detalle y gran maestría el final de la vida de Chejov.
Por otra parte, se observa que no ha habido ninguna manifestación de sentimientos espiritual ni terrenal, que todo ha sucedido según la ley de la vida.
Testigos del deceso son tres personas: el doctor, la hermana de Chejov y el enviado por el hotel, cada uno correctísimo en su lugar considerando que es un hecho natural.

La presencia del ramo con las tres rosas amarillas cumple con su misión de honrar al difunto y con su presencia indican que tiene que haber sobriedad y que sobran los oropeles y la parafernalia en los entierros, que son sencillamente el paso de un cuerpo sin vida de un estado a otro.
El otro tema, Caballos en la Niebla, resulta entretenido nada más, sin pena ni gloria, y parecidos, los tenemos en cine a capazos.

Mario Francisco Cabrera Moneva.